lunes, 2 de septiembre de 2013

Este mes no olvides

1. Hacer un ejercicio creativo para liberar el estrés
Toma una hoja de papel, varios lápices de colores y dibuja. Déjate llevar por lo que sientes, sin pensar en cómo debes hacerlo, simplemente traza líneas de colores. Muchas veces esta práctica se convierte en un acto liberador de nuestras tensiones y frustraciones. Es bueno tener presente que no soluciona ninguno de nuestros asuntos pendientes, pero nos ayuda a recuperar la serenidad y la claridad mental que nos hacen falta para enfrentar y resolver nuestros problemas.

2. Compartir alguna actividad divertida
Llama a algún amigo o familiar entusiasta para que te acompañe un rato o comparta alguna actividad que te distraiga y divierta. Quedarnos solos cuando nos sentimos desanimados no es lo más aconsejable porque es en esos momentos cuando nuestra mente comienza a imaginar todo lo terrible que puede suceder aumentando nuestro temor y desánimo. También hacer cosas buenas y desinteresadas por otros nos estimula a levantar el ánimo y a recuperar las ganas de vivir.

3. Practicar un ejercicio de relajación
Relájate por unos 15 minutos. Cierra los ojos y afloja tu cuerpo, no dejes que entren en tu mente pensamientos de temor o preocupación, recuerda algún lugar especial para ti, donde te hayas sentido relajado, seguro, tranquilo, y llénate de esos sentimientos. Luego de unos minutos, suavemente, comienza a sentir tu cuerpo, borra esa imagen mental y, lentamente, regresa, abre los ojos en el momento en que desees hacerlo. Puedes practicarlo dos veces al día: al levantarte para comenzar tus actividades relajado y con buena actitud o al acostarte para que puedas descansar profundamente.

4. Vencer el hábito de criticar
Tenemos el hábito de buscar y resaltar solo los errores que cometen los demás, antes de poder reconocer los aspectos o las características positivas de su personalidad y comportamiento. Solo si somos capaces de reconocer los talentos y las capacidades que tienen las personas con las que nos relacionamos podremos sumar esfuerzos positivos para mejorar nuestro entorno inmediato, nuestro país y el mundo.

5. Establecer un equilibrio entre las actividades del trabajo y de la casa
Es importante que cuando llegues a casa después de un día de mucha actividad puedas dejar en la oficina o en la calle todas las preocupaciones y las tareas pendientes, para que puedas concentrar tu energía y atención en las labores y los placeres de casa. Recuerda repartir tu tiempo entre todas las áreas de tu vida sin descuidar tu pareja y tu bienestar personal.

Maytte Sepulveda